martes, 26 de junio de 2018

caperucita


CAPERUCITA ROJA

Había una vez una niña muy linda que vivía en el bosque con su mama, que le había hecho una capa roja para protegerse del frio y el viento. A la niña le gustaba tanto la capuchita que la llevaba a todas horas, por lo que que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja


Un día, su abuelita que vivía al otro lado del bosque se puso malita y su madre le pidió que le llevase unos pasteles, frutas y miel. 

- Querida hijita, llévale estos alimentos a la abuelita y sobre todo no te apartes del camino, ya que en el bosque hay lobos y es muy peligroso - le dijo

Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles. la fruta y la miel y se puso en camino. 

Caperucita tenía que atravesar el bosque para llegar a casa de la abuelita, pero no le daba miedo porque allí siempre se encontraba con muchos amigos: los pájaros, las ardillas...

De repente se encontró al lobo delante de ella, que era muy muy grande y con su voz ronca y temible le preguntó a Caperucita.

- Caperucita Caperucita ¿ a donde vas tu tan bonita ?

- A casa de mi abuelita- le respondío Caperucita.

- Te reto a una carrera- le dijo el lobo - a ver quien llega antes a casa de tu abuelita. Te daré ventaja, yo iré por el camino más largo, tu puedes tomar este atajo.

- De acuerdo - dijo Caperucita - sin saber que el atajo era en realidad un camino más largo

Caperucita se puso en camino atravesando el bosque , no haciendo caso a su mama y en un momento dado del camino se entretuvo cogiendo flores.

-La abuela se pondrá muy contenta cuando le lleve un hermoso ramo de flores además de lo que hay en la cesta.- pensó Caperucita.




Mientras tanto, el lobo se fue muy rápido y sin perder el tiempo a casa de la abuelita, llamó a la puerta y la anciana le abrió pensando que era Caperucita. 

El lobo feroz devoró a la abuelita y se puso en la cama y se vistió el camisón y el gorro rosa de la abuela.

Caperucita llegó contenta a la casa y al ver la puerta abierta entro y se acercó a la cama y vio sorprendida que su abuela estaba cambiada.

- Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes!

- Son para verte mejor- dijo el lobo imitando la voz de la abuela.

- Abuelita, abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes!

- Son para oírte mejor- siguió diciendo el lobo.

- Abuelita, abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes!

- Son para...¡comerte mejoooor!- grito el lobo abalanzándose sobre Caperucita roja.



Caperucita comenzó a correr por la habitación gritando desesperada. Mientras tanto, un cazador que en ese momento pasaba por allí, escuchó los gritos de Caperucita y fue corriendo en su ayuda. Entró en la casa y vio al lobo intentando devorarla.

El cazador le dió un golpe fuerte en la cabeza al lobo y cayó al suelo desmayado, sacó su cuchillo rajó su vientre y saco a la abuelita que aún estaba viva.



Para castigar al lobo malvado, el cazador le llenó el vientre de piedras y luego lo volvió a cerrar. Cuando el lobo despertó de su pesado sueño, sintió muchísima sed y se dirigió a un estanque próximo para beber. Como las piedras pesaban mucho, cayó en el estanque de cabeza y se ahogó. 

Caperucita y su abuela, no sufrieron más que un gran susto y Caperucita roja había aprendido la lección. Prometió a su abuelita no apartarse núnca del camino como le había dicho su mama y no hablar con ningún desconocido que se encontrara en el camino. 











jueves, 21 de junio de 2018


El
Oso
 Marronoso



Había una vez un oso un poco mágico el oso Marronoso. Todas las mañanas su mamá le decía:
-         Marronoso, ya sabes que tienes que tener cuidado con la magia. No seas pillo.
-         Sí, mami. Yo tendré cuidado.
Marronoso, se fue de paseo cantando muy alegre y se encontró con un coche azul y exclamó: “¡Qué bonito es el color azul es vestido de Lucia es azul!”.
¡Yo quiero ser de color azul!¡Bueno, ya sé… ¡Haré magia! “Brujas y burbujas, flores y girasoles, con la fuerza  del amor yo me cambio de color”.
El oso saltó de contento al verse azul y empezó a cantar: “Soy el oso Azuloso”.







Pero entonces se encontró con un césped verde y exclamó:
-¡Qué bonito es el color verde! ¡Verdes son las hojas! Yo quiero ser verde. Haré magia otra vez: “Brujas y burbujas, flores y girasoles, con la fuerza de amor yo me cambio de color”
El oso siguió paseando muy contento cantando: “Soy el oso verdoso”.




Se encontró un poco más tarde con una rosa amarilla y exclamó: ¡Qué bonita es esta rosa amarilla! ¡Yo quiero ser amarillo como esta rosa amarilla! Ahhh haré magia….
¡Brujas y burbujas, flores y girasoles, con la fuerza del amor yo me cambio de color!.
El oso  se fue cantando a su casa “soy el oso amarilloso “.







                                    
 Tenía hambre y muchas ganas de abrazar a su mamá…. Pero cuando llamo a la puerta la mamá lo miró  y dijo: ¿Tú quién eres?
-         Soy yo, mama soy Marronoso….
-         No, mi hijo, es de color marrón y tú eres amarillo y le cerró la puerta.

Marronoso se puso muy triste y dijo:
-         Voy a hacer magia otra vez y dijo las palabras mágicas, pero no pasó nada. Se le había agotado la magia. Lo intentó de nuevo y nada…
Necesitaba la ayuda de sus amigos, los niños y las niñas…. Ustedes lo ayudaría?
 “brujas y burbujas, flores y girasoles, con la fuerza del amor yo me cambio de color”.
Marronoso  volvió a ser marrón y su madre le reconoció enseguida.





Le pidió perdón por haber usado demasiada magia, y juntos se comieron un plato muy grande de porotos.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.